Buenas prácticas
Desarrollo de planes individualizados
Una pequeña organización de asistencia social a la infancia descubrió que los trabajadores de 50 años o más faltaban de forma regular al trabajo o estaban de baja por enfermedad. En un intento de conservar a estos experimentados trabajadores se implementó un proyecto piloto para rediseñar sus tareas a través de un enfoque participativo.
El programa se dirigía especialmente a los trabajadores de 50 años o más que faltaban regularmente al trabajo o que habían estado un largo periodo de baja. Los trabajadores que se ofrecieron a participar tuvieron una larga charla con sus supervisores para identificar los aspectos positivos y negativos de su trabajo(a través de plantillas especialmente diseñadas). Junto con RRHH desarrollaron nuevas descripciones de sus funciones más adaptadas a sus capacidades y recibieron formación en el puesto de trabajo. Aquellos que disfrutaban más del aspecto social de su trabajo por ejemplo, se dedicaron a las funciones de cara al público mientras que otros se centraron en labores más de planificación o de seguridad.
De los seis empleados que participaron, cinco se reincorporaron al trabajo en los nuevos puestos que habían diseñado junto con RRHH. Además, las tasas de absentismo se redujeron en un 48%. Con un mayor número de empleados dedicados a los aspectos que más les gustaban de sus trabajos, la motivación general se incrementó de forma significativa, al igual que la satisfacción del cliente.